En 2007 un grupo de amigos que habíamos compartido viajes a la selva amazónica en Peru recordábamos las maravillas que habíamos vivido gracias al conocimiento de la cultura ancestral de los Maestros vegetalistas que todavía conservan la sabiduría para “conectar” con las plantas y árboles maestros de la selva.
A raíz de esta experiencia investigamos en las culturas ancestrales europeas siguiendo su rastro hasta la actualidad, como lo fueron las trementinaires del Pirineo.
Esta semilla nos llevó al estudio pero sobretodo experimentación con la naturaleza para recuperar la sabiduría y el conocimiento de las plantas y árboles de nuestro entorno.
Compartimos la visión de Gran Espíritu en la profecía de los indios Hopi de 1920: “No basta con buscar las cosas del espíritu a un nivel personal. Un hombre espiritual debe trabajar por un principio, por una causa, por una búsqueda mucho mayor que la glorificación de sí mismo, para cambiar el espíritu que dirige a los hombres hacia su destrucción. La verdadera búsqueda en la vida, es vivir la Sabiduría de la Tierra dentro de los confines del hombre. No hay iglesia ni templo que necesitemos para encontrar la paz, porque nuestros templos están en la naturaleza”.
Adaptamos la tradición conservada en la selva amazónica, donde se enseñan los “icaros” o sea los cantos que los elementales de las plantas más evolucionadas de toda la selva transmiten a los Maestros vegetalistas para curar, sanar y devolver la vida a todos los seres vivientes y pretende ser una antena para transmitir alto y claro la importancia de desarrollar nuestras habilidades intuitivas y de comunicación con el resto de la naturaleza, y en especial de los árboles que los maestros vegetalistas y los antiguos druidas nos legaron.