La Sonrisa de los Arboles
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En los últimos tiempos, los arboles monumentales y bosques de especial interés están soportando una presión acentuada, a causa de la curiosidad y la creciente atención que merecen. Sin embargo, este legítimo interés pone en grave peligro a corto plazo unos seres y ecosistemas de incalculable valor que si han llegado hasta nosotros ha sido, en no pocas ocasiones, por encontrarse en lugares inaccesibles o poco conocidos.

Urge regular, del modo más preciso y exigente, las visitas guiadas a estos verdaderos santuarios de la vida silvestre.La proliferación de malas prácticas en este sentido ha llevado a los abajo firmantes, personas y asociaciones comprometidas con el estudio, la gestión y conservación de estos arboles y arboledas monumentales (incluidas o no en figuras de protección oficiales) a elaborar un decálogo ético que sirva de guía para evitar la pérdida o menoscabo de este patrimonio.

 

Hay arboles monumentales en plazas, parques e iglesias, en las cercanías de los pueblos y en otros lugares más o menos humanizados cuya visita es aconsejable (siempre que se respete escrupulosamente el entorno) y tiene un extraordinario sentido didáctico. En cambio, los arboles y bosques monumentales silvestres deberían, en nuestra opinión, salvaguardarse con las precauciones que concretamos en este decálogo. Cualquier alteración de estas pautas debería efectuarse sólo tras un estudio cuidadoso de las posibilidades y las restricciones que, en su caso, se considerasen necesarias para preservar este patrimonio arbóreo. Hemos de pensar que basta un grupo o una persona, una Administración poco escrupulosa o una actuación descuidada durante un breve lapso de tiempo para terminar con la vida de un árbol o sentenciar un bosque centenario, comprometiendo así un proceso vital que deberíamos transmitir a las generaciones futuras, quien sabe si por cientos de años aún.

 

Además de introducir los cambios normativos necesarios, hay que exigir que las administraciones locales, autonómicas y del Estado, cumplan las leyes vigentes. Y, para ello, que establezcan los mecanismos reales de control, gestión y uso de los arboles y arboledas singulares, poniendo los medios materiales, humanos, técnicos y económicos necesarios y específicos.

 

Así pues, los abajo firmantes proponemos:

 

1- Todo árbol o bosque monumental que ha sobrepasado cierta edad – por la simple protección del olvido, el desconocimiento, la inaccesibilidad o el respeto- debería tener una consideración legal, pero antes de nada, ética, que sirviera para garantizar de forma efectiva su protección.

 

2- La divulgación de la localización de arboles y bosques monumentales silvestres puede hacerlos vulnerables y los deja indefensos frente a visitas más o menos masivas y planes irresponsables de desarrollo turístico que venden este nuevo producto sin preocuparse de analizar convenientemente el estado del patrimonio y de su entorno y el grado de afectación al que se le somete. Se recomienda especialmente no publicitar localizaciones GPS, itinerarios o indicaciones demasiado exactas.

 

3- Cuando, a efectos de la declaración bajo una figura de protección determinada o por cualquier otro motivo, se produzca la divulgación de la situación exacta de estos arboles, deberán establecerse previamente las condiciones oportunas de visita. Si no ha sido así, convendría acentuar de forma inmediata la vigilancia y restringir -si fuera necesario- el número de visitas al ejemplar y su entorno como forma de minimizar en lo posible los efectos que pudiera acarrear el aumento de la presión.

 

4- En ningún caso, empresas privadas con fines comerciales u organizaciones de cualquier tipo deberían publicitar y vender este patrimonio al margen de una estricta regulación que sería imprescindible para conservar este legado. Tampoco deberían favorecerse ni anunciarse las visitas en grupo.

 

5- Pese a la apariencia de seres invulnerables e irreductibles que puedan tener estos arboles y bosques, pueden resultar extraordinariamente frágiles y sensibles a los cambios repentinos en su entorno, a las agresiones a su sistema radicular e incluso a las visitas que trepan, pisan reiteradamente las raíces del cuello y causan así daños graves por descortezamiento y apelmazamiento del terreno, sin hablar ya de actos directamente vandálicos como las marcas en la corteza o el abandono de desperdicios.

 

6- Es importante, si se asume la responsabilidad de acercarse a conocer estos arboles o bosques excepcionales, hacerlo en solitario o en un grupo reducido, además de contar con el conocimiento de la Administración responsable y la autorización del propietario.

 

7- En cualquier caso, las visitas a estos lugares deberían hacerse a pie, evitando por completo el acercamiento en vehículos motorizados, que distorsionan el entorno y banalizan la propia percepción del valor de estos arboles y ecosistemas.

 

8- La construcción y adecuación de senderos o pistas de acceso, incluso bajo el lema del ecoturismo, puede acarrear a corto o medio plazo la pérdida o deterioro del patrimonio que se pretende explotar, además de alterar drásticamente la estética y el equilibrio del ecosistema.

 

9- Debería prohibirse expresamente la recolección de material vegetal y de cualquier elemento del árbol y del entorno, incluida tierra, madera caída o materia orgánica del interior de los troncos en descomposición. En este sentido, es de difícil justificación la perforación de estos arboles con barrenas Pressler para determinar su edad.

 

10- La regla de oro, en todo caso, ha de ser no dejar huella. Estos lugares y sus inmediaciones, idealmente, tendrían que encontrarse incluso libres de indicadores, marcas o carteles que desvirtúan el paisaje y resultan de dudoso gusto.

 

A MORTEIRA

 

ASOCIACIÓN DE AMIGOS DEL TEJO

 

ARBA (Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono). ASOCIACIÓN EREBA, ECOLOGÍA Y PATRIMONIO

 

COA (Coordinadora Ornitológica de Asturies)

 

ECOLOGISTAS EN ACCIÓN DE TOLEDO

 

GREEN (Grupo de Recuperación y Estudio de Espacios Naturales)

 

PLATAFORMA PARA LA DEFENSA DE LA CORDILLERA CANTÁBRICA

 

SECA (Sociedad de Estudios Culturales y Ambientales)

 

TREPA (Trabajadores Especializados en Poda y Arboricultura)